Dos
años después del incidente Santo Domingo consideraba que ese mismo personaje
que le sobraba al gobierno de Samper
ahora les faltaba a los colombianos como presidente.
García
Márquez le dijo a Pardo: “No hay periódicos interdependientes sino directores
independientes”
Pardo se reunió con Augusto López y con el periodista
Daniel Samper en Madrid para analizar las que serían las pautas éticas del
diario frente a los posibles conflictos de interés. Augusto López le garantizó
que el diario gozaría de total independencia. Daniel propuso crear la figura
del defensor del lector para que se encargará de marcar las fronteras con los
intereses empresariales.
Pardo
se sentó en la silla del directo de El Espectador, en la sede principal del
diario en la Avenida 68, el 1 de marzo de 1998. A pocos días el Grupo Santo
Domingo publico una declaración en la cual se comprometió a respetar la
independencia de los periódicos.
Fue en
su apartamento de Montaigne en el que Santo Domingo recibió a Pardo, lo saludó
con El Espectador en una mano y un comentario apacible: "me dicen que el
periódico está muy pastranista", Pardo sonrió, y lo negó.
La conquista de Santo Domingo de El Espectador produjo una estampida de reporteros, columnistas, y de su caricaturista estrella, Osuna; cada uno por su cuenta justificó su salida, pero podría decirse que el común denominador de su inconformismo fue el sello samperista de la nueva administración. El recién nombrado director del periódico fue el ministro de relaciones exteriores de Samper, otro de los importadores del Gobierno samperista para las páginas de opinión fue Ramiro Bejarano, ex director del DAS.
La conquista de Santo Domingo de El Espectador produjo una estampida de reporteros, columnistas, y de su caricaturista estrella, Osuna; cada uno por su cuenta justificó su salida, pero podría decirse que el común denominador de su inconformismo fue el sello samperista de la nueva administración. El recién nombrado director del periódico fue el ministro de relaciones exteriores de Samper, otro de los importadores del Gobierno samperista para las páginas de opinión fue Ramiro Bejarano, ex director del DAS.
Pardo
salió y en el año 2001 fue nombrado director de El Tiempo.
En su
reemplazo Santo Domingo nombro a Carlos Lleras de la Fuente, el hijo
cascarrabias del presidente con quien más combatió. En medios de rumor de
desacuerdos y una situación económica insostenible que forzó a Santo Domingo a
convertir el diario en semanal, Lleras renunció a El Espectador en enero de
2002.
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