miércoles, 11 de febrero de 2015

El espectador

Dos años después del incidente Santo Domingo consideraba que ese mismo personaje que le sobraba al  gobierno de Samper ahora les faltaba a los colombianos como presidente.
García Márquez le dijo a Pardo: “No hay periódicos interdependientes sino directores independientes”
Pardo se reunió con Augusto López  y con el periodista Daniel Samper en Madrid para analizar las que serían las pautas éticas del diario frente a los posibles conflictos de interés. Augusto López le garantizó que el diario gozaría de total independencia. Daniel propuso crear la figura del defensor del lector para que se encargará de marcar las fronteras con los intereses empresariales.
Pardo se sentó en la silla del directo de El Espectador, en la sede principal del diario en la Avenida 68, el 1 de marzo de 1998. A pocos días el Grupo Santo Domingo publico una declaración en la cual se comprometió a respetar la independencia de los periódicos.
Fue en su apartamento de Montaigne en el que Santo Domingo recibió a Pardo, lo saludó con El Espectador en una mano y un comentario apacible: "me dicen que el periódico está muy pastranista", Pardo sonrió,  y lo negó.

La conquista de Santo Domingo de El Espectador produjo una estampida de reporteros, columnistas, y de su caricaturista estrella, Osuna; cada uno por su cuenta justificó su salida, pero podría decirse que el común denominador de su inconformismo fue el sello samperista de la nueva administración. El recién nombrado director del periódico fue el ministro de relaciones exteriores de Samper, otro de los importadores del Gobierno samperista para las páginas de opinión fue Ramiro Bejarano, ex director del DAS.
Pardo salió y en el año 2001 fue nombrado director de El Tiempo.
En su reemplazo Santo Domingo nombro a Carlos Lleras de la Fuente, el hijo cascarrabias del presidente con quien más combatió. En medios de rumor de desacuerdos y una situación económica insostenible que forzó a Santo Domingo a convertir el diario en semanal, Lleras renunció a El Espectador en enero de 2002.


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